Experiencias

Lau, sin duda, mejoró mi vida. Desde la primera clase que tomé con ella a principios del 2007, lo sentí. Empecé cuando quedé embarazada por primera vez. Una vez que nació mi hija, tuve la necesidad de seguir tomando clases de yoga con ella. Sus clases me conectan con mi cuerpo de una manera única, siempre me voy mejor de lo que entro. Hacer yoga ininterrumpidamente hace tantos años me evita un montón de visitas a los médicos (y a los psiquiatras creo que un poco también). Además Laura es una maestra de alma: cada clase te enseña algo nuevo, te motiva, te acompaña y jamás invade. Conocerla y que sea mi profe de yoga es uno de los pilares que me sostienen.

Transité la práctica durante mis dos embarazos y se lo recomiendo a cualquier mujer embarazada. Laura me ayudó a adaptar la clase a medida que mi panza iba creciendo y durante ese tiempo me ayudó a entrenar mi cuerpo y mi mente para llevar a cabo la labor de parto sin miedo. Es más, transité ese momento con mucho entusiasmo y seguridad. Esa misma sensación de seguridad y control me acompañaron el día en que nacieron mis dos hijas. Por otro lado, el trabajo de yoga me ayudó a mantener mi cuerpo en forma y facilitó mi rápida recuperación.
Muy recomendable practicar yoga sobre todo de la mano de una gran profesional como Laura, estupenda profesora y súper atenta a las necesidades individuales de cada alumno/a.

En mis clases con Lau aprendí a conocer mejor a mi cuerpo, la importancia de la respiración y que me ayuda a conectar mi mente y mi cuerpo. Lo más importante es que aprendí a recibir el amor que brinda ella en cada una de sus clases.

Sin yoga creo que no podría vivir. Es una de las cosas maravillosas que adquirí en mi vida. Tengo nietos chicos y gracias a Laura juego al fútbol, me siento en el suelo, me levanto sin ayuda y fácilmente.

Lau es una maestra. Siempre está atenta a tus necesidades, a que vayas a tu tiempo, que hagas de tu práctica un hábito. Te escucha, te entiende, te lee el cuerpo y el alma. Amo el yoga de la mano de Laura.

Mi agradecimiento a sus clases que me permitieron mejorar muchísimo mis articulaciones. Yoga, hoy, forma parte de mi vida.

Pasé mudanzas, embarazos, puerperios, licencias, vacaciones, cambios laborales y Laura siempre estuvo ahí, firme, constante, ayudando y acompañándome para acomodar la espalda, elongar los músculos y respirar a conciencia. Siempre espero que sea por muchos, muchos años más.

Practico yoga hace 20 años ininterrumpidamente. Es una experiencia maravillosa, me hace sentir bien, me energiza, despierta mis sentidos y mi fuerza vital. Me ayuda a sentirme mejor y a construir un estilo de vida más consciente.